Barcelona, 7 de abril de 2017. Francia y España tienen una vergonzosa frontera ferroviaria entre Cervera de la Marena (Cerbère) y Portbou. En este enlace ferroviario internacional las operaciones ferroviarias son más propias de las hostilidades del siglo XIX, que de la buena vecindad entre dos países de la Unión Europea del siglo XXI. La cosa funciona así:

  • Los trenes de los dos operadores estatales, Renfe y SNCF, pueden atravesar las fronteras pero sólo pueden transportar viajeros en un sentido: Renfe hacia norte y SNCF hacia el sur. Está prohibido que estos trenes puedan recoger pasajeros cuando vuelven a sus países de origen. Cada día se pierden 11 viajes internacionales entre ambas direcciones, porque los trenes no están autorizados a volver a los países de origen con viajeros.
  • Menos de la mitad de los 25 trenes diarios que llegan a las estaciones internacionales de Cervera o Portbou, continúan trayecto atravesando la frontera. Renfe atraviesa la frontera 7 veces y la SNCF aún menos, sólo lo hace 4 veces. Si tenemos en cuenta los horarios de Renfe y de la SNCF, sólo se puede cambiar de país 4 veces por sentido, y a horas intempestivas. Con estos horarios, un ciudadano de Colliure que quiera ir y volver el mismo día en Barcelona, sólo podrá estar 7 minutos en la capital catalana, según los cálculos de la asociación de usuarios de la línea Perpiñán – Cervera – Portbou . Cada día se pierden 8 enlaces posibles, entre ambas direcciones, para que los trenes no cruzan la frontera. (Ver anexo 1).

En Francia y España el tratado de Schengen de libre circulación de personas es vigente desde 1995 y se hace plenamente notorio en las conexiones por carretera o en la nueva línea de alta velocidad entre Figueres y Perpiñán, estrenada en 2010. Pero estos avances no han llegado a la frontera ferroviaria entre Cerbère y Portbou, donde se mantiene un criterio de explotación decimonónica que perjudica gravemente el desarrollo del Eurodistrito del Espacio Catalán Transfronterizo, ya se mire el potencial de su transporte público cotidiano o el del turismo de este precioso rincón del Mediterráneo.

La PTP pide a los gobiernos catalán y español que acuerden con las autoridades occitanas o francesas la derogación de esta norma absurda antes del verano de 2017 y aprovechar así la temporada turística. En la reunión mantenida con el MH Presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la PTP volvió a pedir la supresión de esta prohibición que perjudica el transporte público y nos aleja del ideal de una Europa unida.

Asimismo se tendría que extender el recorrido de algunos trenes existentes una parada más allá, cruzando la frontera, para garantizar nuevos enlaces con horarios más racionales.

Cuando todos los trenes de Europa cruzan fronteras, cogiendo y dejando viajeros partes, qué sentido tiene que todavía permanezca vigente en nuestro esta perversa y obsoleta normativa? La construcción de Europa no se empieza por el tejado sino trabajando desde abajo, también con medidas como esta propuesta.

Aprovechamos este comunicado para recordar a las autoridades catalanas y españolas la reivindicación de un transporte público sin fronteras de la Alianza Transfronteriza por el transporte público, integrada por la FNAUT (Fédération Nationale des Associations de usagers des transports), la Association TGV SUR Territoire – Environnement, del Association des usagers Perpignan – Cerbère – Portbou, la Association des usagers Villefranche – Perpignan, la plataforma Salvem el Tren de l’Empordà y la PTP. Estas entidades reivindican desde hace años la creación de un sistema ferroviario transfronterizo regional entre Cataluña y Occitania, uniendo Barcelona con Montpellier y Toulouse, a través de los tres ejes pirenaicos: por Puigcerdà, por el túnel del Pertús (Alta velocidad) y por la vía de la costa (Portbou-Cervera).

 

ANEXO 1a. Trenes que llegan a Portbou y enlaces posibles hacia Perpiñán.

ANEXO 1b. Trenes que llegan a Cervera y enlaces posibles hacia Figueres / Girona.