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Las plataformas a favor de modificar la avenida invitan a los ciudadanos a desoír a los arquitectos y votar – Será una calle para “estar y pasar”, dice el alcalde

FRANCESC ARROYO. Jordi Hereu no tiene dudas: quiere la reforma de la Diagonal y se compromete a que en ella se incluya la conexión de los tranvías. Lo dejó ayer más que claro tras reunirse con diversas entidades agrupadas en la plataforma Diagonal per a Tothom, todas ellas defensoras de la reforma de la avenida y de que se conecten los tranvías.

El Ayuntamiento responde una a una a las 30.000 sugerencias recibidas

Hereu ha decidido echar el resto en este asunto con dos objetivos: combatir la tibieza de la oposición, qué está dispuesta a poner la zancadilla al proyecto para minar la credibilidad del alcalde, y explicar que la reforma de la Diagonal no se agota en sí misma, sino que tiene detrás un proyecto general de ciudad con un eje claro: más transporte público y menos coches privados. El alcalde insistió en que la reforma de la Diagonal responde a un modelo coherente de ciudad. Se trata de conseguir que sea una calle para “estar y para pasar”, es decir, que invite al paseo y que facilite el tráfico. Para lo primero, hay que ganar espacio al coche; para lo segundo, hay que potenciar y priorizar un transporte público rápido y, a ser posible, menos contaminante. Por ejemplo, el tranvía.

Claro que ayer Hereu jugaba en campo propio. Desde los Amigos de la Bicicleta hasta la asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) forman parte de los convencidos. Ricard Riol, presidente de esta última entidad, fue contundente: “La Diagonal, hoy, es desagradable para los paseos y peor aún para el tráfico. No funciona en ningún sentido y amenaza con colapsar, además, las calles del Eixample” La única solución es la reforma. ¿Cuál? No importa, sostuvo Riol. Lo que tiene que hacer el ciudadano es decidirse por la A (bulevar) o la B (rambla). Cualquier cosa mejor que lo que hay. Luego, en la fase de redacción de proyecto, ya se procederá a ajustar las cosas.

Riol respondió con dureza a los arquitectos que pretenden que una decisión así no debe ser tomada por votación. “El referéndum es democrático. Y vale la pena recordar que hace un tiempo no se podía votar ni el gobierno de la ciudad. Hay que votar. Los ciudadanos tienen que hacer valer el interés general”. Reforma y tranvía, repitió Riol, para sostener que la opción del tranvía es la más barata para aumentar la movilidad en la avenida.

Hereu estuvo horas antes con los comerciantes de la avenida para explicarles el plan de obras y tranquilizarles. Puede que las obras duren años, pero nadie las tendrá delante de su casa más de seis o siete meses, dijo el alcalde a los asistentes. La actividad del Ayuntamiento no acaba ahí. Está respondiendo a cada una de las más de 30.000 sugerencias que se recibieron. En cada carta se notifica al ciudadano qué opción recoge la sugerencia aportada, cuando es el caso.