El presidente de la PTP, Ricard Riol, en un momento de la jornada que se celebró en la Cambra de la Propietat de Tarragona. Foto: Pere Ferré. Diari de Tarragona

El presidente de la PTP, Ricard Riol, en un momento de la jornada que se celebró en la Cambra de la Propietat de Tarragona. Foto: Pere Ferré. Diari de Tarragona

DIARI DE TARRAGONA.

Tarragona, Reus, Altafulla y Vila-seca han logrado un consenso de mínimos en materia ferroviaria. Una postura que es todo un logro y que se ha conseguido con la perseverancia de las plataformas de viajeros y de la sociedad.


 

Puede calificarse de carrera de caracoles o de cangrejos. Llegar a Barcelona desde Tarragona, de Reus o de cualquier de las estaciones de la demarcación es toda una odisea. Y este retroceso no viene en cuanto a cifra de viajeros, sino en cuanto a calidad del servicio, para vergüenza e indignación de sus usuarios. Si miramos atrás, las comparaciones son escalofriantes. El Plan General Ferroviario de 1988 ya establecía la conexión Tarragona-Sants en un tiempo de 45 minutos. Un viaje que, por culpa del envejecimiento de los convoyes y de la saturación de la entrada de Sants, ahora se hace en 70 minutos. Una hora y media es lo que tardan los reusenses, mientras que el trayecto desde Lleida -74 kilómetros más largo- tiene una duración de 65 minutos (en Avant).

La comparativa la hacía Ricard Riol, presidente de la plataforma de Promoció del Transport Públic (PTP). Y, precisamente, tres cuartos de hora (a todo estirar 50 minutos) es el tiempo estimado que se tardará en cubrir este trayecto a partir de finales de 2015, principios de 2016, cuando el tercer carril sea una realidad.

Estos fueron algunos de los datos que salieron en la sesión de ayer que, organizada por la plataforma ciudadana Mou-te per Tarragona y la Plataforma en Defensa del Ferrocarril (Pdf.Camp), incluso podría calificarse de histórica. De hecho, la historia dirá si acaba teniendo este calificativo o no, de momento la etiqueta que sí que puede colgarse es la de insólita.

De la sesión se salió con un posicionamiento unánime a favor de la alta velocidad para pasajeros. Una postura que suscriben los municipios de Tarragona, Reus y Altafulla, que ya han aprobado en pleno algunas de estas propuestas de las que se habló ayer. Y, muy pronto, también lo hará Vila-seca.
En adelante, ésta será la hoja de ruta en el momento de hablar con Fomento. En palabras del presidente de la Cambra de Comerç de Reus, Isaac Sanromà, la propuesta es un «ejercicio de mínimo común denominador». De hecho, el manifiesto que todas los presentes apoyaron no entra en especificaciones concretas con las demandas de cada uno de los municipios. Y ésta fue la clave para que nadie (y el concepto nadie incluye a las cámaras de comercio, las plataformas del transporte público, los representantes políticos y los líderes vecinales) discutiese algunos de los puntos de los que se habló.

Éxito compartido
Las plataformas ciudadanas y de defensa del transporte público han ejercido un papel clave para tejer y dar una continuidad al mapa ferroviario tan fragmentado que se nos presentaba. Y es que, algunos de los ayer presentes llevan bastantes años predicando estas medidas que ahora son la clave. El nivel de «culpabilidad» en esta propuesta podía medirse ayer con lo acentuada que estaba su sonrisa. Carlos Montejano, Daniel Pi y Ricard Riol ocupaban el podio. Pero, como en las victorias más dulces, todos los asistentes fueron invitados para acabar subiendo al podio. Y es que, no ha sido hasta que los ayuntamientos y la Generalitat ha cogido la propuesta como suya que ha empezado a ponerse el hilo en la aguja.

Lo reconocía el mismo secretario de Mobilitat de la Generalitat, Ricard Font, «el éxito es compartido». Aunque ahora ha llegado el momento para seguir trabajando.

El concejal tarraconense Xavier Tarrés fue el encargado de llamar a la prudencia. «Aún no hemos acabado». Y apelaba a la necesidad de tener por escrito los compromisos que recientemente ha manifestado la titular de Fomento, Ana Pastor, con una calendarización de las actuaciones.

Otro aspecto con el que habrá que empezar a trabajar de inmediato es el de la definición de los servicios. Desde el modelo de los convoyes, pasando por las frecuencias y las tarifas son algunos de los aspectos a negociar tan pronto como empiecen las obras. Y su inicio es inminente, ya que algunos de los contratos ya están adjudicados. Para Font la clave pasa por definir un servicio «sostenible, racional y útil de cara a los usuarios».

La jornada de ayer también permitió escuchar a un colectivo que normalmente en eventos de estas características no acostumbra a estar presente, como es el de los vecinos. Y, en definitiva, estos son los que acaban utilizando el servicio. Por ello, cabe destacar la importancia de la presencia de representantes de las federaciones de asociaciones vecinales de Tarragona y Reus.

En nombre de los tarraconenses, Carlos Pedreño pedía a los representantes políticos un ejercicio de «transparencia y de información». Mientras que el reusense, Valentín Rodríguez insistía en la necesidad de planificar un apeadero en Bellisens.

Ayer los protagonistas eran los pasajeros. Aunque la infraestructura será a compartir con las mercancías.Por ello, entre los asistentes se encontraba el pesidente del Port, representantes de la AEQT y una larga lista de presidentes de los colegios profesionales.

De todo lo que se habló debió tomar nota el subdelegado del Gobierno, Jordi Sierra, ya que era el único representante del Ejecutivo Estatal. Y es que habría estado bien que en la lista de invitados también hubiese figurado alguien del ministerio. Y es que, al fin y al cabo, son los que acabarán pagando la fiesta.