La bicicleta i l’anada a peu es consoliden com els modes de transport més ràpids i sostenibles de Vilafranca
El transport públic torna a quedar en darrera posició en quant a temps
Els participants de la cursa han comptat amb un obsequi a l’arribada de la cursa!
Por sexto año consecutivo, la PTP celebra la carrera de transportes de Vilafranca, esta vez desde los institutos de la ciudad hasta la Rambla de Sant Francesc.
Una treintena de participantes han formado parte, utilizando diversos modos de transporte para realizar la carrera, con salidas desde los institutos Milà i Fontanals, Alt Penedès, Vilafranca 2, Nou de Vilafranca y la Escola Montagut.
El modo más rápido ha sido la bicicleta, tomando ventaja sobre todo en aquellos casos en los que ha participado la bicicleta eléctrica. Sin embargo, la carrera de transportes de la PTP no analiza sólo quién es el más rápido a su llegada, sino también quién nos supone un menor coste o un menor impacto ambiental. En estos casos, el menor coste ha sido la movilidad activa, seguido del transporte público y, por último, el vehículo privado. La tendencia ha sido la misma en todas las rutas realizadas este año.
Cuando se habla de costes, a menudo sólo se piensa en el importe directo invertido en el viaje, como la gasolina o el billete del transporte público. Sin embargo, a la hora de calcular los costes reales, es necesario tener en cuenta otros factores. El ejemplo más claro es el del coche o la moto: deben considerarse los costes de adquisición, mantenimiento, reparaciones, impuestos y seguros, además del consumo de combustible y gastos variables como el aparcamiento.
Teniendo esto en cuenta, podemos llegar a comprobar que un coche puede tener un coste aproximado de 4.000 € cada año. Si lo comparamos con el coste del transporte público, el coche pierde estrepitosamente.
El transporte privado emite grandes cantidades de contaminantes, siendo este impacto más notable cuando se tiene en cuenta su capacidad limitada, ya que pueden transportar sólo un pequeño número de personas (máximo 5 a 7, con una ocupación media de 1,18) personas). Por otra parte, el transporte público como autobuses, tranvías y metro tienen una capacidad mucho mayor, que oscila entre 70 y 350 personas (con una media de 20% de ocupación), lo que permite repartir las emisiones entre más pasajeros y reducir el gasto energético y las emisiones por persona.
Si vamos a mínimos, los vehículos más sostenibles son aquéllos que no necesitan motor, como las bicicletas o monopatines, pero no siempre nos permiten salvar grandes distancia. Por eso tenemos el ferrocarril, el cual es un transporte de emisiones cero (sin incluir fabricación, mantenimiento y desguace) ya que se trata de un medio de transporte electrificado.
Por tanto, es fácil ver que el transporte privado tiene un impacto ambiental mayor debido a las emisiones contaminantes, y el transporte público es más sostenible gracias a su mayor capacidad para transportar a más personas y distribuir las emisiones entre ellas.