Con el pretexto de la mejora del transporte público por carretera y alta velocidad ferroviaria del plan “X Cuenca”, se eliminará el ferrocarril en el centro urbano de esta capital provincial y las estaciones regionales de toda la provincia.
Las administraciones impulsoras de este plan no han tenido en cuenta los modelos ferroviarios europeos para líneas regionales, la opinión de la ciudadanía, ni el impacto negativo de esa decisión.
Una vez más, se practica la política de hechos consumados: primero se deja degradar el servicio, después pierden los viajeros, y finalmente se cierra una línea histórica por falta de competitividad y un bajón de usuarios.
A pesar de la lucha de los movimientos sociales en contra de plan “X Cuenca”, el Gobierno español la aplicará desde este abril, lo que supondrá el cierre de la línea convencional Aranjuez-Cuenca-Valencia con la excusa de una supuesta mejora del servicio de transporte público por carretera y del tren de alta velocidad. Desde la PTP no podemos dejar pasar esta pésima noticia sin mostrar nuestra preocupación y rechazo.
Una vez más, asistimos al cierre de una línea ferroviaria convencional sin que previamente se haya puesto en marcha un plan de movilidad regional que saque provecho de las ventajas del ferrocarril en combinación -y no sustitución- del transporte por carretera. Y es que España, a diferencia del resto de países europeos, no dispone de un modelo de gestión para líneas regionales de débil tráfico o líneas ferroviarias de ámbito rural. Tanto es así que nunca se ha encargado a Renfe la adquisición de trenes ligeros para líneas de débil tráfico, y tampoco se ha encargado a Adif un modelo de gestión de líneas en vía única con agujas talonables para evitar la necesidad de personal en las estaciones. Todo esto desemboca en un servicio de bajas frecuencias y horarios escasamente adaptados a las necesidades de movilidad ciudadana.
Tampoco podemos tolerar que las plusvalías urbanísticas de los terrenos ferroviarios desafectados se pongan por delante de las ventajas de un transporte público en vía reservada, como es el ferrocarril Aranjuez-Cuenca-València.
Nos encontramos ante una decisión que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha tomado de forma unilateral, sin tener en cuenta la opinión y necesidades de la ciudadanía. La única justificación es que la línea se ha quedado obsoleta y que no hay suficiente demanda para mantener el tren, cuando han aplicado recortes al servicio reduciendo frecuencias y haciéndolo no competitivo.
Como sucedió con el cierre del ferrocarril en el centro de Salou y Cambrils, debemos lamentar que no se aplique lo contenido en la ley Ley 38/2015, de 29 de septiembre, del Sector Ferroviario, que establece que, previamente a ser excluida una línea de la Red Ferroviaria, debe darse traslado a la Comunidad Autónoma para que se emita un informe sobre el interés general de aquella vía, y la línea puede ser traspasada a la Comunidad en cuestión. Este informe, o no se ha elaborado, o no se ha hecho público.
La demanda en las líneas convencionales se genera mejorando el servicio y no degradándolo, como se ha podido comprobar en numerosos ejemplos de líneas ferroviarias gestionadas por los operadores autonómicos: Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (desde 1978), EuskoTren (desde 1982), Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (desde 1986) o Servicios Ferroviarios de Mallorca (desde 1994). Estos operadores, no sólo han mejorado sus infraestructuras y servicios, sino que han ampliado o recuperado líneas abandonadas. Todo lo contrario de las políticas en el ámbito regional del Ministerio de Transportes, todas caracterizadas por una reducción gradual de los servicios y reducción de mantenimiento de material móvil e infraestructuras. . En Cataluña hemos sido testigos directos con la revitalización de servicios con amenaza de cierre como el Martorell-Igualada, donde sólo en 10 años se doblaron los viajeros, o el Lleida-Pobla de Segur, ambos a cargo de FGC.
Cabe destacar que el plan X Cuenca viene vestido con argumentos totalmente falsos como la que el autobús supone una mejora sobre el servicio actual o que el tren no puede ser eficiente en zonas de baja demanda.
Reivindicamos el Plan Tren 2020 como guía para desarrollar el ferrocarril regional en todo el Estado. En ese plan, entidades como Promoción del Transporte Público, Greenpeace y WWF proponían medidas para aprovechar al máximo las líneas convencionales y proponíamos al MITMA un modelo de explotación de ferrocarriles de débil tráfico en el que Renfe y Adif apliquen medidas de eficiencia, así como un plan de movilidad y de servicios regionales verdaderamente intermodales para revitalizar la movilidad sostenible en la llamada España despejada. España necesita más que nunca un plan de servicios y no un enésimo plan de mega infraestructuras a 30 años.
Si se continúa con el abandono del servicio ferroviario regional, lo mejor es otorgar su gestión y financiación a las comunidades autónomas, que se han demostrado mejor promotoras de este tipo de servicio que el gobierno central.
Se llama a todas las entidades del territorio, entes locales y organizaciones a movilizarse por la defensa del ferrocarril convencional y exigir a las instituciones mejoras en los servicios.